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Queremos enseñarte qué somos y qué hacemos. También, cómo hemos recuperado nuestro proceso centenario de elaboración del vino. Elige tu compañía y nosotros nos encargamos del resto.
SolicitarConoce de primera mano la historia y el proceso de elaboración de nuestro vino.
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SolicitarDesde hace mil años, Quintana del Pidio ha sido una villa que ha suministrado vino a caballeros, abades y guerreros castellanos. Esta es la historia de cómo sus viñedos han alimentado misterios, gestas y leyendas.
El rey Fernando I de León confía al abad Domingo de Silos restablecer el antiguo esplendor de un monasterio que data de la época visigótica.
Gracias a donaciones de caballeros como el Cid Campeador, que entrega tierras y viñas a cambio de oración, Domingo de Silos consigue que el monasterio cobre cada vez más importancia. Tras su muerte y canonización, es enterrado en el claustro de la abadía que es renombrada como Monasterio de Santo Domingo de Silos.
El castellano Muño Sánchez de Finojosa muere junto a setenta caballeros batallando contra los musulmanes en los campos de Almenara. Ese mismo día, el Patriarca de Jerusalén atestigua que las almas de Don Muño y sus caballeros se han aparecido en el Santo Sepulcro. Según cuenta la leyenda, de este modo cumplieron esa peregrinación prometida que no lograron realizar en vida.
Don Muño es enterrado en el claustro, pasando a ser el único laico conocido hasta la fecha en ser sepultado junto a un santo en un lugar tan destacado de un monasterio. La ceremonia y enterramiento fue sufragada por un musulmán llamado Albadil, al que Don Muño perdonó la vida.
El rey Alfonso VIII de Castilla entrega a los monjes de Silos una quintana de la Ribera situada a ocho leguas del monasterio a cambio de una propiedad en Tordesillas. Ese lugar resulta tan valioso por una única razón: sus viñedos. Es entonces cuando se convierte en la bodega de los monjes. En un comienzo se la conoce como Arpidio, nombre de su antiguo propietario, pero con el tiempo el municipio pasa a llamarse Quintana del Pidio.
La demanda de vino procedente de Quintana del Pidio no deja de crecer. Por ello surge un barrio entero de la población que decide dedicarse a la elaboración de vino. Sus habitantes horadan la tierra y construyen muchos lagares subterráneos, creando una auténtica población bajo tierra. En la superficie, llega a haber hasta 60.000 cepas.
La desamortización de Mendizábal obliga a los monjes a abandonar el monasterio y muchas de sus riquezas artísticas y documentales son expoliadas. Por primera vez en nueve siglos, el monasterio queda desvinculado de Quintana del Pidio y sus bodegas. Cinco décadas más tarde, se establece en él una nueva comunidad de monjes benedictinos procedentes de la abadía de Ligugé. Eso salva al monasterio de su desaparición.
Desde que comienza la segunda vida del monasterio, Silos no deja de cobrar importancia como patrimonio histórico y cultural. En una visita, el poeta Gerardo Diego compone el considerado por muchos como el mejor soneto de la literatura española: ‘El ciprés de Silos’. Los visitantes aumentan sin parar, atraídos por el claustro, una de las joyas del Románico universal, y los cantos gregorianos de sus monjes, que proporcionan al monasterio fama mundial. También se recupera el vínculo con Quintana del Pidio, que empieza a ganar cada vez más importancia gracias a la apertura de nuevas bodegas como Cillar de Silos.
Conscientes de todos estos avatares de la historia, los hermanos Aragón sintieron que debían ser ser fieles a su legado y por ello decidieron recuperar el antiguo barrio de bodegas del siglo XVI de Quintana del Pidio. Mediante la restauración del complejo subterráneo de elaboración de vino más antiguo de España, han tratado de restaurar la esencia de lo que fue, a lo largo de mil años, una bodega que proporcionó vino a todo tipo de personajes históricos. Un vino que ha regado leyendas y vivencias inmortales. Su nombre: Dominio del Pidio.